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La leyenda de las gatas carey
Cuenta la leyenda que, hace mucho mucho tiempo, el Sol le suplicó a la Luna que lo ocultara un rato. Cansado de ser el centro del universo, quiso bajar a la Tierra y ser libre, aunque sólo fuera un momento.
Al fin, después de muchos ruegos, la Luna accedió, y un día a la hora en que el Sol más brillaba, se acercó a él, y lo fue cubriendo poco a poco.
El Sol, que hacía millones de años observaba la Tierra, no lo dudó.
Para sentirse libre y pasar inadvertido ocupó el cuerpo de el ser más rápido y discreto que había: la Gata Negra.
La Luna, perezosa, y olvidadiza, después de un rato se sintió cansada, y sin avisar a su amigo Sol, se fue apartando dejándolo al descubierto.
Cuando el Sol se dio cuenta ya era demasiado tarde, salió corriendo hacia el cielo, y tan rápido huyó, que se dejó en su morada momentánea parte de él.
Cientos de rayos de Sol se quedaron dentro de la Gata Negra.
Desde entonces, todos los gatos que nacieron de la Gata Negra tienen un manto oscuro que se ve roto por rayos rojos, amarillos y naranjas,
y y si su cara se divide en dos es para evidenciar su doble naturaleza: gatuna y divina…
Los llamamos gatos carey, pero deberían llamarse gatos solares.
Debido a su origen solar les atribuye propiedades mágicas, ya que atraen la buena suerte y las energías positivas.
Anímate a iluminar tu vida adoptando una gatica carey!
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Publicado por
Adopta Bogotá