El síndrome del perro negro
A la hora
de elegir un perro, su color es lo de menos, lo que realmente importa es su
carácter, su salud... ¿verdad? Debería ser así, pero la realidad es que los
perros -y los gatos- negros tienen muchas menos posibilidades de ser adoptados
que los perros de colores más claros, es el Síndrome del Perro Negro.
Este
prejuicio sobre su pelaje es conocido en todas las fundaciones, refugios y albergues de animales. En
cualquiera de ellos nos puede contar como animales perfectamente sanos,
amigables y sin ningún problema pasan años en sus instalaciones porque nadie
los elige debido a su color. En los centros de zoonosis y perreras en los que se mata a los
animales después de un período determinado, esto supone que miles de perros
mueren cada año por haber nacido con la “desgracia” de tener el pelo negro.
Si además
de ser negro el perro es de gran tamaño, sus mínimas posibilidades de ser
adoptado se reducen casi a la nada.
La
Asociación Antropológica Kroeber de la Universidad de Berkeley ha estudiado
este fenómeno, llegando a la conclusión de que existen diversos motivos:
El primero
de ellos es el cultural: En cualquier película en la que se quiera representar
un perro amenazador, veremos un gran perro negro. Este estereotipo se encuentra
tan grabado en nuestro inconsciente que difícilmente creeríamos que un perro es
peligroso si nos mostraran un perro blanco. En la pantalla el perro que ataca
al protagonista es negro; el perro que acompaña al pandillero es negro; el
perro al que los alienígenas han contagiado un virus y se convierte en un
monstruo mutante es negro.
El color
negro absorbe la luz, lo que reduce la definición de sus rasgos y “dificulta la
lectura de sus expresiones faciales”, lo que disminuye las posibilidades de que
un adoptante conecte emocionalmente con el animal en el breve instante que se
dedica a echar un primer vistazo a cada perro durante la visita a una
protectora. Por supuesto, los que hemos convivido con un perro negro sabemos
que un perro negro es igual de expresivo que uno blanco. Un perro negro es
exactamente igual a otro de cualquier color.
Por la
misma razón de la absorción de la luz, los perros negros son más difíciles de
fotografiar. En muchas ocasiones los adoptantes hacen una primera selección de
los perros de una protectora a través de su web; si las fotografías de los
perros negros no son buenas, los descartarán.
Las
fundaciones, albergues y refugios conocen bien este problema e intentan
promocionar a sus perros negros colocándoles pañoletas de colores, situándoles
en las primeras jaulas, evitando poner varios perros negros juntos, para
resaltar sus personalidades individuales, cuidando sus fotografías en las páginas webs
e, incluso, reduciendo las cuotas de adopción.
El síndrome
del perro negro es tan conocido que en Estados Unidos hay varias páginas webs dedicados
al tema donde, incluso, los humanos que viven con perros negros quedan para
pasearlos juntos, debido a que humanos que viven con perros de otros colores
rechazan que los perros negros se acerquen a los suyos
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Publicado por
Adopta Bogotá